Me congratula ver como el copro-imperio culé y en especial su gran líder la pulga, se van desmoronando cual castillo de naipes se tratara.
Y desde casi todos los medios de siempre se nos había intentado ver que Madrid era una ciudad peligrosa y sus jugadores unos vividores, y por el contrario el rival de camiseta fea, era todo honor y respect.
Jugadores chulos y egocéntricos teníamos, niñatos mal criados, pero en Barcelona eso no ocurría nunca pues con el Dalai y Messi tendríamos un reino de paz y armonía para lo próximos 1000 años.
Éramos muchos los que teníamos otra visión de la realidad, podíamos palpar el odio y el rencor que se tenía hacia nosotros en los grandes partidos, pero como siempre el Madrid tenía mal perder y Ronaldo era un auténtico soberbio, eso sí, con la ayuda inestimable de alguno de nuestros jugadores con una grave crisis de identidad que confundía en ocasiones los colores que defendía.
Pero el mundo se globaliza, y por ende la comunicación, en estos meses gracias a Dios no se fustiga al Real de nuestros amores, y se está descubriendo la realidad alternativa que tantos conocíamos.
El fierecilla del 10 en la camiseta del eterno rival, está coleccionando numerables escándalos, que muestran realmente lo que es; un mal personaje.
Ejemplo para todo el mundo, hemos podido observar imágenes violentas con sus compañeros, aptitudes feas en campos ajenos, desfalcar y estafar al fisco, enredos de faldas, numerosas borracheras y lo último esta semana un presunto acoso. Como podéis imaginar esto no es nuevo, pero el año pasado teníamos bastante con darnos de hostias entre nosotros debatiendo si merecíamos el entrenador que teníamos.
Pero basta ya de cortinas de humo, disfrutemos la caída de Sodoma y crucemos los dedos por levantar este año la ansiada décima copa de Europa.
Hala Madrid.